Casita del Pescador en el Parque de El Retiro

La casita del pescador es uno de los maravillosos secretos que guarda El Retiro.

Situada en el extremo nororiental del parque, en el Paseo del Duque de Fernán Núñez nº 28, y rodeada por un estanque, fue mandada construir por el rey Fernando VII como parte de un jardín reservado y gabinete de descanso, para uso exclusivo de la corte. El monarca tenía la necesidad de recuperar parte del esplendor que habían tenido los jardines del Real Sitio del Buen Retiro con anterioridad a la invasión francesa de 1808.

Casita del Pescador

Hay que recordar que los franceses convirtieron el Real Sitio en una improvisada fortaleza y cuando llegaron las tropas inglesas en octubre de 1812, se bombardeó intensamente el Retiro y se perdieron la mayor parte de sus instalaciones, como el Real Palacio, la Real Fábrica de Porcelana China y gran parte de sus antiguos jardines. Finalizada la guerra de la Independencia, los Jardines del Buen Retiro se encontraban en ruinas; fue Fernando VII decidió promover su recuperación. El rey mantuvo la apertura al público de casi todo el recinto, pero destinó los terrenos situados en la esquina noreste para su uso personal. Encargó a su arquitecto Isidro González Velázquez la creación de sus Jardines Reservados cuyas obras se iniciaron en 1817. Además de la creación de los jardines se construyeron varios caprichosrománticos, edificios de tipo recreativo reservados al disfrute de la familia real. La mayoría desaparecidos (como el Salón Persa), se conservan algunos, uno de ellos es la Montaña Artificial (actualmente, y desde hace mucho tiempo, en obras). Muy cerca, a sus pies, se construyó la Casita del Pescador. En las fotos más antiguas tras la casita aún se puede ver el templete que coronaba la Montaña, hoy desaparecido.

Casita del Pescador

Este tipo de construcción tenía sus antecedentes en los denominados pabellones del siglo XVIII que se levantaron en jardines ingleses y franceses. En nuestro país estas curiosas estructuras aparecen en los jardines importantes a finales del siglo XVIII principios del XIX.

Las obras se iniciaron en 1817, siguiendo el proyecto del arquitecto mayor de Palacio Isidro González Velázquez. Su nombre viene dado debido a que en el pequeño estanque que le bordea se introducían numerosos peces para que el monarca, y sus allegados, se divirtiesen pescando con caña. Un entretenimiento que bautizó para siempre a esta construcción.

Casita del Pescador

La Casita del Pescador es una construcción modesta, encantadora, cubierta con un chapitel de zinc tradicional de la arquitectura madrileña, rematada con un pomo o bola de plomo, tradicional en la arquitectura española, y cuyo corte nos recuerda al que corona otras tantas edificaciones en Madrid. A principios del siglo XX estaba rodeada por una valla de madera. El edificio, de escuetas dimensiones es de planta cuadrada y sus fachadas están decoradas con hornacinas, donde antaño hubo unos bustos romanos, y pinturas de estilo pompeyano.

20190209100012_img_2785-018685370152081450579.jpeg

Aunque fue construida como “capricho”, posteriormente ha tenido diversos usos, alternados con épocas de cierre e incluso de abandono. Entre los variopintos destinos que ha tenido la diminuta casita en 1904 el Ayuntamiento acordó cederla, junto a la Montaña Artificial, a la Real Sociedad Colombófila de Madrid para que instalara en ellas su estación central de palomas mensajeras. 

A lo largo del tiempo ha sido restaurada en varias ocasiones. A finales de 1928 se anunció su reforma, así como la de la Montaña Artificial y la Casa del Rico y el Pobre, que aún no había sido derribada.

20190209_100058-016443481299424809007.jpeg

En 1959, ya desaparecida la Casa del Rico y del Pobre (recordar que allí se aloja ahora el Cruceiro), la Casita del Pescador fue restaurada, así como todo el entorno arbolado. En ese momento, se proyectó utilizarla como biblioteca para libros y revistas de jardinería. Fue en 1965 cuando el arquitecto Carlos de Miguel envió una carta al Concejal Delegado de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid, publicada en la revista “Arquitectura” del Colegio de Arquitectos de Madrid, alertando del deterioro de la edificación y la necesaria restauración que “por su emplazamiento, por el ambiente que la rodea y por su elegante arquitectura, constituye una auténtica pieza de arte” y ofrecía mil pesetas (una muy buena cantidad en aquella época) como primera aportación para abrir una suscripción de particulares que recaudara el dinero suficiente para su remodelación. Dos meses después, la misma revista publicó que la iniciativa no había tenido éxito y que devolverían la aportación realizada a las pocas personas que habían respondido. Una de esas personas había sido Manuel Herrero Palacios, entonces jefe de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid.

Un años después, fue el propio Ayuntamiento quien se hizo cargo del asunto, encargando al propio Herrero Palacios el proyecto que salvara el edificio y lo convirtiera en biblioteca infantil. Tras su restauración, fue abierta al público en mayo de 1968, durante las fiestas de San Isidro. Más tarde, en 1995 su destino fue el dispensario para curar a los animales del parque que pudieran resultar heridos y que fue atendido por estudiantes de la Facultad de Veterinaria. En 2003, muy deteriorada debido a su abandono y, como sucede con muchos monumentos y edificaciones, al maltrato de okupas y grafiteros, la Casita fue andamiada y sometida a un gran proceso de limpieza y restauración. En 2005, ya recuperada en su totalidad, fue utilizada como Oficina de Información del Retiro, de sus actividades, historia, botánica, etc., con una pequeña biblioteca a disposición de los visitantes con libros, documentos y folletos del Retiro, y estaba atendida por personal especializado en estas áreas. Pocos años después, desgraciadamente, fue cerrada. Actualmente acoge el Centro de Información sobre adopción de animales de compañía.

La Casita del Pescador consta de dos pequeñas habitaciones, ambas de planta rectangular, una muy pequeña en el lado norte y otra, la principal, a la que se accede por la pasarela, o puentecillo sobre el estanque. Manuel Herrero Palacios, en los planos que levantó en 1950, las denominó el gabinete y el salón


20190209095611_img_2779-018042986675580272342.jpeg

La casita del pescador es uno de los pocos ejemplos que quedan de las construcciones que adornaron los jardines privados de la realeza, cuando el Parque del Retiro pertenecía a la Corona.

IMG_2784

Deja un comentario